Turó de Can Mates

Esta vivienda aislada se sitúa en una finca con pendiente y formidables vistas sobre la sierra de Collserola. El edificio, de planta en L, se apoya en la esquina noreste de la parcela, con el fin de liberar el resto, y se adapta a la pendiente por medio del ajuste del nivel de la planta baja, según se trate de la zona de estar, la cocina, la terraza exterior o la piscina. La planta baja se resuelve como un espacio continuo que mira a sur, tamizado por divisorias fijas de lamas verticales y otras móviles que generan el confort necesario.

Cuatro materiales básicos resuelven el conjunto: la obra vista, de ladrillo klinker blanco, en fachadas; el basalto, con diferentes acabados (pulido, envejecido, abujardado), en pavimentos interiores y exteriores y remates de fachada; el acero, en la cubierta a cuatro aguas que actúa como captadora solar en su conjunto; la madera de roble, en los panelados interiores y en las divisorias de lamas verticales.

La mayor apuesta por la sostenibilidad del edificio se produce a través de la cubierta, que, mediante un novedoso panel sándwich de acero negro, integra la captación solar con el objetivo de alimentar la instalación de agua caliente sanitaria, el suelo radiante y el sistema de climatización del agua de la piscina. Los potentes aleros a sur, para proteger los grandes acristalamientos de la planta baja del sol de verano, y la reutilización del agua de la lluvia son las otras principales características medioambientales de la vivienda.

Esta obra ha resultado finalista en el XI Premio de Arquitectura de Sant Cugat del Vallès.