Es bien sabido que cada uno de nosotros influimos en nuestro entorno, y claro está, al revés también pasa, nuestro entorno influye en nosotros. Puede ser de manera más o menos consciente pero pasa.
¿te has visto alguna vez en esta situación?…este desorden me pone de los nervios. ¿verdad que sí? Estamos en la causa-efecto.
Tal como nos ha reflexionado el psicoanalista francés, Alberto Eiguer, sobre lo que él llama el «inconsciente de la casa». Donde nosotros influimos sobre ella y viceversa. Es un movimiento bidireccional de gran valor para utilizarlo en beneficio propio.
También demuestra un estudio realizado en la Universidad de Bath (Reino Unido) que El ambiente modifica nuestra personalidad y la capacidad de tomar decisiones.
Hay un sinfín de estudios al respecto que promueven el bienestar corporal a través de la decoración de espacio del lugar. Y en esta ocasión nos queremos enfocar con el significado según el Feng-Shui,
La puerta y la entrada: se relaciona con la boca. Es desde ahí que “entra alimento” y se crea energía, así que: ¿está disponible para que fluya la energía?
Las ventanas: se corresponden a los ojos. Lo que vemos y cómo lo vemos. ¿Qué veo desde ellas? ¿están limpios los cristales? ¿Están cubiertos de alguna ropa? Todo esto me va a dar pistas de cómo “veo” las cosas.
El cuarto de baño: tiene que ver con los intestinos y la evacuación. Observa qué ves: ¿Está muy lleno de cosas? ¿Respiran los elementos que hay? ¿Es bonito? ¿Huele bien? Esto nos habla de cómo funciona mi intestino, en cómo asimilo y expulso de mi cuerpo lo que ingiero. También habla de mi relación con las cosas materiales que me vale en mi casa. ¿Retienes o sueltas?
La cocina: tiene que ver con mi estómago y mi proceso digestivo. Según esté tu cocina verás la correspondencia: si está desorganizada, o presenta un orden “creativo”, todo eso me da información sobre cómo asimilo yo mis circunstancias.
El dormitorio: tiene que ver con mis relaciones más personales, no sólo sentimentales, también con mi entorno y conmigo. ¿qué información te da?
El salón: tiene que ver con cómo disfruto de mi vida: de mis relaciones sociales, amigos, en qué invierto mi tiempo y cómo lo vivo. ¿Es cómodo? ¿acogedor? ¿invita al descanso y al ocio?
En casa tenemos mucha información con la que reflexionar.
¿De dónde nacen las ganas por transformar o cambiar un espacio? De nuestro cuerpo, que es el motor de la relación con nuestra Casa.
La casa es nuestra segunda piel, por ello, es interesante dedicarle tiempo a ver qué nos encontramos. Las paredes no hablan, pero susurran. Nos dicen quiénes somos ahora y lo que deseamos ser más adelante.
¿Qué dicen tus paredes?
¡¡Buen paseo por vuestra cuerpo-casa!! Tú mismo te lo agradecerás.